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Verde que te quiero verde.

  • livreditorial
  • 6 mar 2016
  • 2 Min. de lectura

En el siglo XVII se descubre (o se inventa) el modelo tradicional de coloración que usamos hoy en día y que se enseña en cualquier materia relacionada con el diseño o el arte. Según él, entendemos qué color es rojo, amarillo o verde, aunque muchos estudios relacionados con la óptica aclaran que todo depende del ojo (o la lente) que lo ve. Es decir, podría ser que mi rojo no sea el tuyo. Digamos: todos nos ponemos de acuerdo en que tal color es el rojo, pero eso no quiere decir que todos veamos lo mismo. Esta analogía cromática nos sirve para entender que no sólo mi visión de los hechos es una desde el punto de vista donde me encuentro, sino también que mi óptica es única. Socialmente, los colores fueron y son asociados a algo en particular, asimismo sus alianzas y oposiciones: blanco-negro, rosa-celeste, colores fríos y cálidos. El marketing y la publicidad abundan en reuniones en pos de la elección de un color por sobre otro para definir un logo o una marca. Definitivamente, el color nos condiciona de alguna manera.

El Día Verde en El Chaltén, entonces,… ¿qué es? Para algunos será un día más, un día en el cual todo sigue su curso normal. Podríamos hacer un juicio de valor y decir que a esa gente no le interesa la ecología, lo verde. Sin embargo, quizá no sea así. Tal vez es tan solo gente que no necesita un día especial (para separar su basura, limpiar la cuadra) que vive de manera consciente. Para otros, el día verde será una oportunidad de hacer el bien, de hacer algo por el pueblo. La oportunidad de promocionar una forma de vivir acorde al lugar en donde estamos o una oportunidad de autopromoción. El día para ser verde… o parecerlo. En cualquier caso, es un día que existe, es parte del pueblo. Un día en el que algunos vecinos se reúnen y juntos dicen: queremos un Chaltén más limpio. Como en un círculo, ahora monocromático, cada uno desde su verde, se asocia u opone a otros verdes, más claros o más oscuros, que saturan con su necesidad de sobresalir o casi no se distinguen de un gris.

El verdadero día verde en Chaltén será entonces cuando todos los verdes estén contemplados. Cuando no se intente llevar al pueblo a un verde específico o se pretenda educar; sino cuando, desde el conocimiento que cada uno tenga del otro, nos podamos juntar ese día o cualquier otro a limpiar mi cuadra, la tuya, la plaza de todos. Cuando sea una costumbre ser limpios y podamos hacerlo portando cualquier color.


 
 
 

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