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Tripolar


Todos somos dos, todos estamos partidos, divididos. 
Todos somos dos y deberíamos ser tres: alguien que desempate, alguien que nos obligue a decidir. 
Todos discutimos planteos que deberían ser internos, 
argumentaciones entre mis tres yo, mi triparte, lo que soy. 
Al callar lo tercero en mí, me vuelvo dual, bipolar, estúpida e indecisa. 
Necesito ser tres, necesito que alguien gane. 
Fantasía es lo entero; uno nadie es. 
Todos somos dos, todos discutimos, todos sonreímos por fuera cuando lloramos por dentro. 
Todos sentimos miedo al correr con los ojos cerrados. 
Busco mi tercera parte, que dejé en algún lugar; 
ese tercer ojo, esa mano que agarra las otras dos. 
Todos somos dos y deberíamos ser tres. 
Ese otro yo que –creo– está en él

 

TRAS EL ESPEJO: CRÒNICA DE UNA IN-MIGRACIÓN ANUNCIADA.

Abril de 2009. 

Queridos todos,
Sé que va una buena temporada desde que dejé mi ciudad natal y Buenos Aires respectivamente, y sois varios los que me habéis  escrito preguntando EL QUÉ y el PORQUÉ de mi "desaparición". Tal vez con la misma dosis de incógnita, y a veces también desconcierto,  con que yo misma me he abandonado a este retiro voluntario.... A vosotros, os vengo a escribir AHORA que estoy a punto de migrar de nuevo, ahora que me acuerdo que para unos es primavera,  para otros otoño, y para todos, tiempo de CAMBIO.  Os escribo digo,  aprovechando justamente ese margen de libertad que quiero creer que tengo, y mi convicción de que, como ya os dije una vez, contra el vicio de escribir, esta la virtud de no leer...
Érase una vez que había un espejo, y sin más,  quise atravesarlo, ver si podía tocar lo que había del otro  lado,  haaaaaaaarta de estar siempre mirando sin saber cuál de los dos lados era el reflejo...  Así fue que yo volví a CHALTÉN, mi refugio patagónico, mi país de las maravillas,  siguiendo el impulso de las entrañas y desoyendo cualquier  intento de razón,  que a estas alturas, por fortuna, al paso del calendario lo mismo aumentan mis canas que disminuye la necesidad de buscar explicaciones...
Y así fue que en el otro lado perdí la noción del antes o el después, y se me escribieron los días  en  continuo PRESENTE, entre las gentes de este escondite austral que un día se me grabó en la piel más que en la pupila, me hizo temblar los huesos, y me secuestró el futuro para dejarme QUIETA el alma y LIBRE el espíritu.
Ando, corro, salto, RES-PI-RO.... SALGO  a trotar  por el sendero, le hablo al viento, SIN palabras, me tumbo en el pasto PER-FEC-TO, siento el sudor desbordando los poros y mojar la tierra,  me seco al sol,  giro el rostro y veo la  FLOR alzada en primer plano,  superpuesta a un paisaje de granito, implacable, perpetuo,  sencillamente EXISTIENDO, igual que yo...  Me busco un  lugar junto al río, sola,  PERFECTAMENTE sola, cierro los ojos, escucho, ESCUCHO...  no pierdo el tiempo pero me pierdo en el tiempo, CON el tiempo... dejo PASAR las horas... y  VUELVO al pueblo, a una habitación desnuda, sin cocina, sin nevera, sin calefacción, por un tiempo incluso sin agua caliente, y ME RÍO de mi elegida suerte... SABOREO  la fortuna de tener unos vecinos jóvenes, y listos, y simpáticos, que me dicen "no te preocupes  Ana que ya vamos a vestir tu casa", y AGARRO la sierra mientras cortamos cuatro pedazos de madera recuperados de una obra cualquiera de este lugar en construcción, "EN CONSTRUCCIÓN",  como mi vida... DESCUBRO la alegría de comer en una mesa hecha DE pedazos, igual que yo, nacida del trabajo de las manos, con esas manos  que ahora (más vale tarde...) EXPERIMENTAN el poder
de CREAR, porque a la mesa le siguen unos estantes,  una lámpara de papel para mi techo desnudo,  y hasta unas fundas de colores para las almohadas, hechas con la lana traída por encargo  por LUIS, el compañero de MYRNA, que yo TEJO a ritmo de aliento y de calma, mientras bendigo el haberlos conocido y me acuerdo de alguien lejano al que también quiero...  OIGO todavía las risas compartidas de todo el PROCESO, el "making of" de mi nuevo presente,  TRANSITORIO, como todo, como TODOS...
EN y DESDE este pueblo sin apellidos, APRENDO el valor de los NOMBRES PROPIOS,  mientras SABOREO la intensidad de los alfajores de LA CHOCO de ANABEL,  santuario de escaladores de todo el mundo, sentada en mi rincón de la mesa, al lado del único enchufe disponible y que ya me he acostumbrado a acaparar, y donde TRABAJO  lo justo, sólo lo justo, con mi compu, LA COMPU, a no ser que vengan los enanos, PEDRO y TOMY, mi debilidad, por quienes dejo todo para inventarnos un cuento, el cuento del ZORRO rengo que tenía la pata como el Dr. House... junto a una taza de chocolate caliente, y de fondo, siempre, la conversación pícara, inmisericorde e inteligente de las chicas en la cocina, detrás del mostrador.  Mostrador del que cuelga una IKURRIÑA, regalo del destino, con el que RECUERDO a mi abuela y el pasado vasco familiar, en vano borrado por el tabú y amenazado por el doble Alzheimer de mi mami, LAURA, y su mami, ESPERANZA, las dos siempre y  para siempre en mi
CUERPO...   me RESISTO al OLVIDO.
CONECTO con el resto del MUNDO en el ciber de FER, y me SIENTO afortunada, la más afortunada, por poder decidir a mi antojo cuándo entrar y salir de mi burbuja, sin  invasión televisiva ni telefónica, qué PLACER...  y antes o después, pero indefectiblemente, COMPARTO  mates y cariño y libros y cine y
vino y llantos y risas (¡y Pilates!) con MARISA y su gata, LA GATA, y toooooodas las visitas de la tarde o la mañana que rondan el universo de su casa siguiendo la misma pauta planetaria que rige el latir de uno o muchos CORAZONES.  Me dejo caer en la pizzería donde trabaja BUYI,  le CUENTO  aventuras y desventuras,  descargo lo mismo el dolor que la alegría, y COMPRENDO que todas las emociones son válidas sobre el tamiz del CARIÑO.
Asisto a ese curso de verano,  fantástico, de María Zulema, la mamá de MANU, el guía, y LULA, la profe de circo.  ZULEMA, la arquitecta, la judoca, la pintora, la poeta, la profe, LA MUJER, y qué mujer, y me dejo llenar los sentidos casi por ósmosis (¡ojalá fuera por ósmosis!), de su SABER,  de arte, de historia, de INSUMISIÓN, de creatividad,  de VIDA.  Paso por lo de MOMA, tejedora compulsiva de gorros  multicolores (igual que ella), y ELIJO las lanas de mi futuro tesoro, mi tesoro, MI GORRITO LINDO, y me lleno de satisfacción al verlo realizado.  Lo PAGO pero no con pesos, ni con euros, ni con ningún papel pintado...  sino con clases, clases de Excel para la Moma, para que al fin sus cuentas sean claras, para bien o para mal....  me digo ¡Viva el TRUEQUE!
CAE la tarde,  una de esas tardes en las que el viento, el INOMBRABLE, el mismo que vuela los techos y sacude democráticamente por igual a paisanos y turistas, decide darnos una tregua, y yo no voy a la renovadora clase de yoga de CECI, porque sencillamente, hoy no voy, y ME TUMBO en esa hamaca
paraguaya que cuelga de la nueva terraza levantada por mis vecinos, BEBO y MATIAS, ahora también conocidos como LOS CONSTRUCTORES (porqué será...), y CONTEMPLO la mansa presencia del cerro SOLO bajo el cielo ROJO, tras las uñas ROJAS de mis pies descalzos... La HAMACA, esa misma que anduvo de viaje por Bolivia y que me regalaron LUÍS y MARIA, mis compañeros de Barcelona, que LLEGAN a visitarme un día cualquiera de su periplo sudamericano, Y con quienes REVIVO  momentos pasados y me ESCAPO a CHILE, a comprobar que las fronteras son, sobretodo, BUROCRACIA, y un modo ARTIFICIAL de separar una BELLEZA que es continua, cambiante, inaprensible y ABIERTA: la Madre Tierra.
NOCHE. Ceno de improviso en la casa de TERE y su familia, y REMEMORO lo que significa el HOGAR, dulce hogar.  PASO la velada en la vinería de SEBAS y MARCELA, esos amantes de la bici, como yo, no, MÁS que yo, que un día dejaron todo para recorrer los 17.000 km que unen el gran continente Americano, y terminaron en Alaska concibiendo a FLOR, la alegría de la casa, la misma que ahora ronda por su "Rincón del Sur" animándonos la fiesta mientras escucho la guitarra de SANTIAGO,  GUITARRA que tras unas copas empieza a cambiar de manos con mayor o menor fortuna, para que se nos hagan las tantas al son de tangos y chacareras...  que se me quedan vibrando en el ombligo hasta que me meto en la cama y me abandono al inconsciente...  y  por fin,  SUEÑO.
En fin, TODO Y NADA, para todo y para nada, tanto si os interesó como si no, os dejo el testimonio de mi experiencia tras el espejo, de una que sigue y
seguirá fluyendo, indefectiblemente, como los cuentos, como la sangre por las venas,  mientras el MÍO-CARDIO siga insistiendo en esculpirnos la vida a
golpe de cincel...
Otro cantar, es cierto,  es el PORQUÉ de todo el cuento, que ése, como os digo, mejor lo dejamos en el tintero y que lo escriba el MAÑANA, pues a fin
de cuentas, así es como terminan todas las historias... y vuelven a comenzar...
Os sigo llevando en el corazón.
Ana

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