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Urbanismo en lo INurbano

  • Redacción
  • 12 oct 2015
  • 2 Min. de lectura

Cuando hablamos de urbanismo, ¿de qué hablamos? El diccionario lo define como un conjunto de disciplinas para el estudio, diagnóstico, comprensión e intervención de los asentamientos humanos. Hoy en día existen, sin embargo, quienes hablan de urbanismo haciendo hincapié en los resultados: plazas, monumentos, bulevares, pabellones, bibliotecas, centros de exposiciones, auditorios, etc. Si dejamos de lado el estudio, el diagnóstico y la comprensión del lugar que intervenimos, corremos el riesgo de tratarlo de manera superficial y, a no ser que ese sea nuestro objetivo, es decir, sólo realizar modificaciones visibles; el trabajo debe ser mucho más gradual.

Si traemos esto a El Chaltén, ¿qué cuestiones podríamos estudiar para luego llevar a la práctica?Por empezar podríamos decir que obviamente no sufrimos –todavía– congestionamientos ni demoras en nuestra movilización. Sin embargo, habría que preguntarse si nuestro pueblo como tal, dentro de un parque nacional, tiene lacapacidad física, estética, psicológica y ética de recibir tantos buses de gran tamaño dentro del tejido urbano. Asimismo, si estos deberían transitar la ruta que nos une con el Lago del Desierto, sobre todo ante los recientes avistajes de fauna nativa. Podríamos tomar la decisión de dejar el transporte pesado a las puertas del pueblo y que los transportes locales realizaran distribuciones a mediana y pequeña escala tanto de personas como de objetos.

Siguiendo con el estudio del lugar que habitamos, ¿es coherente delimitar un área comercial centralizándola en ciertas zonas del pueblo? ¿Es viable para todos que la economía del pueblo dependa únicamente del turismo? ¿Sería lógico centralizar esa economía en unos pocos? Podemos analizar si para preservar el pueblo es necesario limitar las nuevas plazas hoteleras o revisar las existentes. Si en vez de poner trabas a los nuevos emprendedores, podemos regular el número de camas por empresa o persona: restringir el crecimiento empresarial a un porcentaje de camas y crear la obligatoriedad de ofrecer la vivienda para los trabajadores necesarios en temporada. La falta de vivienda anual y temporal o la precariedad de las que hay en el mercado fomentan la especulación inmobiliaria. Por eso el estado debe regular lo existente y proponer según la necesidad. Decidir qué locaciones se puede habilitar, asesorar en cuanto a contratos justos y generar viviendas sociales.

Porque el decidir cuestiones sin evaluar, de manera superficial, no sólo sería perjudicial desde lo ideológico, sino que podría generar situaciones que en la teoría son favorables pero luego demuestran lo contrario. Importar modelos tanto europeos como latinoamericanos sin tener en cuenta los defectos que ellos tienen, prescindiendo de un diagnóstico acertado conllevaría más problemas que soluciones. En definitiva, hablar de urbanismo es mucho más que ver desde afuera el problema. No podemos dar solución a un problema sin entendernos como parte de él. “El observador del sistema no está colocado por encima de la realidad. No flota por encima de las cosas y las observa, digamos, desde arriba. El Observador no es un sujeto colocado fuera del mundo de los objetos, el observador es, más bien, uno de ellos”(Niklas Luhuman, Introducción a la teoría de los sistemas, Universidad Iberoamericana, México, 1996).


 
 
 

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